¿A qué llamamos “Control
Motor”?
En los últimos veinte
años se ha desarrollado por diversos autores un modelo integrador de la función
neuromuscular. Lee y Vleeming (1998) definen un modelo
integrado de cuarto componentes:
Cierre de Forma: huesos, articulaciones, ligamentos. (Estructura)
Cierre de Fuerza: fuerzas producidas por la acción miofascial.
Control Motor: orquestación del reclutamiento muscular durante la acción, reflejos, reacciones, organización y control motor del movimiento por parte del SNC.
Emociones: los estados emocionales producen cambios en el Sistema Nervioso Central, en la atención e intención de la persona.
Cierre de Fuerza: fuerzas producidas por la acción miofascial.
Control Motor: orquestación del reclutamiento muscular durante la acción, reflejos, reacciones, organización y control motor del movimiento por parte del SNC.
Emociones: los estados emocionales producen cambios en el Sistema Nervioso Central, en la atención e intención de la persona.
Dichos autores se basan en el
clásico modelo propuesto por Panjabi
(1992), donde se define la estabilidad como
la acción interdependiente de tres sistemas: pasivo, activo y control neural.
La estabilidad orquestada por estos tres sistemas permite mantener una
articulación en su zona neutra, que implica una alineación postural con mínimo
gastos energético muscular, sin recarga de las estructuras pasivas. El concepto
de zona
neutra desarrollado por Panjabi plantea un rango de posiciones en una
articulación donde la estabilidad reside en el cierre de fuerza y el control
motor, sin ayuda del cierre de forma (especialmente la tensión ligamentaria); inestabilidad en esta zona neutra será
debida principalmente a deficiencias en el control motor, y al componente
miofascial. La pérdida de la estabilidad en todo el rango articular puede
deberse entonces a cualquiera de cuatro los componentes o a una combinación de
ellos.
A partir de este
pensamiento podemos trazar un paralelismo
con Riemann y Lephart (2002):
“Todo componente de
integración sensorial, motor y cortical, y el procesamiento de estos
componentes están involucrados en el mantenimiento de la homeostasis durante
movimientos corporales”
Estos autores definen al
control motor o neuromuscular como la activación inconsciente de restricciones dinámicas que ocurren en
preparación para, o en respuesta de un movimiento y/ o carga articular, con el
propósito de mantener y restaurar la estabilidad articular funcional.
Podríamos pensar entonces, que el mismo puede ser, una vez
alterado, factible de re educarlo ya que
su alteración colabora negativamente en
el desorden funcional y que ese desequilibrio depende del adecuado
funcionamiento de los subsistemas, así planteado por Panjabi.
Control Motor entonces para nosotros es una conjunción de
integración sensorio-motora, que está en búsqueda constante de estabilidad
dinámica.
No sólo en acciones de complejidad motora elevada, sino en constante adaptación
en cada momento del día. Podemos afirmar a partir de esto que el control y
aprendizaje motor son dos área aplicadas del comportamiento motor que
contextualizadas en las ciencias de la actividad física nos presentan un gran
desafío.
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