martes, 25 de noviembre de 2014

PREVENCIÓN DE LESIONES



Construcción de un enfoque Preventivo  


Nuestro enfoque como equipo de trabajo, aborda al deportista desde el concepto de economía del movimiento y balance muscular. La búsqueda de información acerca de cómo detectar puntos débiles, y de esta forma poder resolver las alteraciones anátomo-funcionales y neuromusculares que pueden intervenir negativamente en el proceso del incremento de la forma deportiva de cualquier individuo, es nuestra principal inquietud al recibir un deportista.
Varios autores han comenzado a catalogar a los procesos de prevención de lesiones como protagonistas en el rendimiento deportivo. Busquet[1] (1994) entiende al cuerpo como una globalidad debido a que debe cumplir varias funciones: debe permitir mantenernos de pie, en equilibrio, desplazarnos y por último expresarnos a través del gesto. Para responder a esta amplia variedad de movimientos, el cuerpo debe asegurarse fuentes de energía y gestionar su reserva con prudencia.


Para ello hay algunos conceptos imprescindibles a la hora de realizar un programa de prevención específico; conocimiento sobre lesiones comunes, su incidencia, epidemiologia, factores de riesgos lesivos y metodologías para el análisis de la información.
Se presentan metodologías de tratamiento en la prevención de lesiones basadas en tres ejes fundamentales desde un enfoque neuromuscular:
  • entrenamiento de la fuerza pero entendida como cualidad neuromuscular y utilizando el componente excéntrico del movimiento como base funcional para la prevención; 
  • sistema propioceptivo visual vestibular; 
  • y lo que varios autores han dado en llamar “control motor”.



Actualizarse y conocer métodos de trabajo en el área de la prevención, pero por sobre todo, introducir una perspectiva que analiza al deportista desde la salud, para lograr rendimiento; es la lógica que dictamina nuestra intervención.

Este paralelismo entre prevención y rendimiento, vinculado al control de los indicadores que pueden informar de riesgo lesivo y disminuir la incidencia de lesiones está muy bien abordado en una revisión bibliográfica realizada por Fort Vanmeerhaeghea y Romero Rodríguez (2013) en donde se destaca entre otros: la fatiga muscular, la alteración de la magnitud y de los tiempos de activación muscular, los desequilibrios neuromusculares entre pierna dominante y no dominante, la inadecuada stiffness muscular, los déficits en el control postural, y la disminución en los mecanismos de anticipación como factores de riesgo neuromuscular que predisponen al deportista a padecer una mayor incidencia lesiva; proponiendo que el análisis de estos factores de riesgo proporciona una guía práctica a la hora de diseñar tareas dentro de un programa de prevención adecuado a cada tipo de especialidad deportiva.

La profundidad del concepto de PREVENCIÓN, desde una perspectiva del rendimiento deportivo, debe tomarse como los factores en los que hay que trabajar durante el entrenamiento, para no caer en la absurda repetición de tomar medidas ilógicas. Asistimos a la invasión del ámbito de la prevención y el entrenamiento deportivo, un sinnúmero de metodologías sin finalidad que son consideradas como “preventivas”, sólo porque siguen tendencias: dispositivos inestables, bandas elásticas, entrenamiento de suspensión, etc.












Más allá de recaer en la clasificación tradicional entre factores de riesgo extrínsecos e intrínsecos, consideramos necesario focalizar el análisis sobre estos últimos, que son aquellos que hay que detectar en primer lugar y luego controlarlos, con el fin de mejorar el rendimiento en forma global y no solamente tomar medidas de prevención aisladas.

Tenemos a nuestro alcance muchas herramientas para pensar en programas de prevención que no sólo busquen mantener la salud del deportista, sino de incrementar su rendimiento a expensas del balance neuromuscular.

Debido a que es imposible proponer una intervención general que abarque todos los campos o todos los gestos deportivos por igual, (ya que las situaciones, en cada ámbito y con cada población, son distintas y van a modificar al sujeto), debemos a ser críticos de nuestros sistemas de entrenamiento, y a repensar las cuestiones que llevan a focalizar el estímulo en el incremento de la forma deportiva.

El espacio para los Profesionales de la Educación Física dentro de un staff profesional, pudiendo aportar herramientas en la preparación física con otra mirada, con otra información y formación, aparece como posibilidad. Obviamente con una mirada reflexiva a la hora de proponer estímulos de entrenamiento a los/las deportistas, preguntando quién está apto y porque, e inferir las posibilidades de riesgo. Esto permite fundamentar y anticipar  las posibilidades o probabilidades que puede tener un deportista si su perfil no está en condiciones para realizar un determinado tipo de entrenamiento.

Es así que podemos generar un campo nuevo de trabajo, un nuevo perfil profesional que requiere de una mirada diferente y por supuesto de conocimiento científico y empírico a la hora de pensar en un programa de prevención; esto nos lleva a pensar en un nuevo concepto, quizás podríamos llamarlo readaptación. La readaptación aparece como una construcción alejada de aquel concepto de rehabilitación limitado al campo médico. La readaptación conceptualiza a la globalidad de la persona en pos de una re – estructuración de sus patrones de movimiento alterados.

Nos introducimos en un nuevo campo de acción, enfocándonos en un nuevo paradigma de performance deportiva. Alejado de las metodologías enfocadas sin sentido global, en la que creemos que  hay que trabajar para generar este nuevo espacio lleno de posibilidades para los Profesores de Educación Física.


[1] Leopold Busquet es un prestigioso Fisioterapeuta, especialista en Osteopatía, que realizando un profundo estudio de la anatomía, biomecánica y fisiología humana configura el concepto que hoy conocemos de cadenas musculares fisiológicas. Focaliza en la globalidad del movimiento.




REFERENCIAS:
ROMERO RODRÍGUEZ, D. y TOUS FAJARDO, J. (2010). “Claves para un rendimiento deportivo óptimo”. Ed. Médica Panamericana D. L., Madrid.
BUSQUET, L. (1994). “Las cadenas musculares: lordosis, cifosis, escoliosis y deformaciones torácicas”. Tomo II. (6a.Ed.p.7). Ed. Paidotribo. Barcelona
FORT V. MEERHAEGHE, A. y ROMERO RODRÍGUEZ, D. (2013). “Análisis de los factores de riesgo neuromusculares de las lesiones deportivas”Apunts Med Esport. N° 48, pp.109-120.
PANJABI, M. (1992). “The Stabilizing System of the Spine. Part I. Function, Dysfunction, Adaptation, and Enhancement”. Journal of Spinal Disorders, 5 (4), pp. 383-389.

martes, 4 de noviembre de 2014

EL EJERCICIO CORRECTIVO (parte II)

La evolución del patrón correctivo

En la entrada anterior, presentamos el concepto de Ejercicio Correctivo, hablamos también de la valoración de los patrones de movimiento alterados e inestables, y dimos paso al trabajo específico sobre las limitaciones de movimiento. 
Como primer medida enfrentamos el déficit de movilidad. Abordamos esta problemática desde lo particular, como puede ser restricciones del tejido miofascial o tendinoso utilizando actividades que faciliten la predisposición del tejido hacia la búsqueda de movilidad. 

Self-release massage: las técnicas de liberación
miofascial nos aportan una herramienta fundamental.



Trabajos de flexibilidad dinámica










Si hay alguna duda acerca del compromiso de la movilidad, siempre se vuelve a  trabajar sobre los ejercicios correctivos de movilidad en el comienzo de cada sesión antes de pasar a los ejercicios de estabilidad. Esto asegurará que la longitud del tejido sea adecuada y la alineación de la articulación esté preparada para los ejercicios de estabilización. El ejercicio de movilidad eliminara la rigidez del tono muscular que está realizando la función de estabilidad. Si la movilidad óptima se logra, es conveniente pasar a la estabilidad, pero confirmando periódicamente la movilidad.

Los ejercicios de estabilidad, demandan de la postura, la alineación, el equilibrio y el control de las fuerzas dentro del nuevo rango disponible y sin el soporte de la rigidez de compensación o el tono muscular. Desde esta lógica consideramos los ejercicios de estabilidad como desafíos a la postura y a la posición, en lugar de ser ejercicios convencionales de fuerza.


Cuando no hay limitación o asimetría presente en los ejercicios correctivos de movilidad, debemos pasara a los ejercicios de estabilidad. Al no haber limitación o asimetría indica que está presente la capacidad necesaria para realizar el patrón de movimiento pero no responde a un control motor eficiente.

Usar la idea de control motor (ya descripto en anteriores entradas), nos ayudará a pensar más allá de la debilidad como la única explicación para una pobre estabilización. El control motor es una categoría amplia que incluye la movilidad, la alineación, el equilibrio, la sincronización, la aceleración muscular, la coordinación y una eficiente co-activacion. La ausencia de un eficiente control motor se ve como debilidad, pero el entrenamiento de la fuerza de los estabilizadores no es la solución.


La estabilidad puede ser separada de la fuerza mediante la mejora del control motor demostrado por la rigidez y la firmeza en los rangos finales. Por eso mucho de los ejercicios de estabilidad utilizan una carga ligera, buena postura, y mantener un movimiento en el rango final. Los ajustes a los cambios en las cargas y una rápida firmeza son más importantes que la generación de fuerza.

La estabilidad en los rangos medios también es importante, pero el interés particular es asegurar la función final del rango. Si la función al final del rango está presente, la función a la mitad será aceptable, pero no a la inversa.

Cuando se observa una mayor estabilidad, es posible el progreso hacia la formación de un nuevo patrón de movimiento. Un nuevo patrón debe seguir siempre una realización adecuada y demostrar la movilidad y la estabilidad en ejercicios correctivos. La perfección no es necesaria y rara vez es posible, pero volver a entrenar un patrón de movimiento si la movilidad y la estabilidad necesaria para respaldar el patrón no está disponible.

Muchas formas de asistir la facilitación se puede proporcionar a reducir la compensación y permitir la práctica de un patrón de movimiento de calidad. La regla general es utilizar solo las técnicas que mejoran la forma y la calidad del movimiento.



REFERENCIAS:
ATHLETES PERFORMANCE. Mentorship Program Phase I. Chile 2012.
DI SANTO, M.   Amplitud de Movimiento. Editorial Paidotribo. 2012.
COOK G., BURTON L., HOOGENBOOM B, Pre-Participation Screening: The Use of Fundamental Movements as an Assessment of Function – Part 1: Am J Sports Phys Ther. 2006; 1(2): 62–72.
------------------------------------------------------------------ Pre-Participation Screening: The Use of Fundamental Movements as an Assessment of Function – Part 2: Am J Sports Phys Ther. 2006; 1(2): 132-39.
CRESSEY E.Assess y Correct. 2009.
MACKEY M. Entrenando Movimientos. 2013. Unión Argentina de Rugby